“La independencia respecto al gas ruso se puede lograr, en gran medida y con un esfuerzo conjunto, en verano de 2024”, reza un informe del Ministerio de Economía, citado por el medio alemán.

El Ministerio Federal de Economía de Alemania planea disminuir a la mitad las importaciones de petróleo ruso a mediados de año y prescindir totalmente del carbón del país eslavo en otoño, reportó este viernes Der Spiegel.

Alemania está reduciendo rápidamente su dependencia energética de Rusia y poniendo su suministro de energía en una base más amplia”, cita el medio una nota elaborada por el vicecanciller y ministro de Economía de Alemania, Robert Habeck.

De acuerdo al reporte, los funcionarios del ministerio “optaron” por tres terminales flotantes de gas licuado de almacenamiento y regasificación para dejar de depender del subministro ruso. “El gobierno federal está examinando actualmente posibles ubicaciones en el mar del Norte y el mar Báltico que pueden operar con muy poco tiempo de anticipación, en algunos casos ya en el invierno de 2022/23“, avanza el periódico.

Paralelamente, el organismo predice que “la independencia del gas ruso se puede lograr, en gran medida y con un esfuerzo conjunto, para el verano de 2024” y conseguir que tan solo el 10 % sea de origen ruso. Por otra parte, el suministro de petróleo proveniente del país eslavo ha empezado a reducirse en las últimas semanas y, según la previsión, la dependencia se reducirá al 25 %.

“A mediados de año, las importaciones de petróleo ruso a Alemania probablemente se reducirán a la mitad”, comunicó el ministerio. “A finales de año aspiramos a ser casi independientes”, especifica el documento.

En el caso del carbón, el periódico alemán señala que una gran parte de los operadores de centrales eléctricas redujeron notablemente el uso de la materia prima rusa y, de acuerdo al comunicado del ministerio, el país “puede ser independiente del carbón ruso en otoño”.

Der Spiegel también cita fuentes ministeriales que advirtien que la cancelación abrupta de los suministros de energía rusa desencadenaría efectos no deseados. “A pesar de los avances, un embargo inmediato todavía tendría graves consecuencias económicas y sociales“, afirmaron.

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